Diez propósitos que caracterizan este ministerio:
Recordar que Dios es primero en la vida, pensamientos y corazón de sus hijos. Solo a Dios sea la Gloria.
Guiar a la sociedad y aquellos que no conocen a Dios, al conocimiento de Jesús mediante la música.
Solo Dios merece el mayor esfuerzo de sus hijos. Y esto requiere entrega como preparación.
La música produce una influencia en la vida del cristiano y en las mentes de las personas. Es importante hacer una selección muy cuidadosa de las obras que se interpretan. Tomando como base el principio de Filipenses 4:8 «Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.»
Un Dios alto y sublime que a la vez se acerca al necesitado... Isaías 57:15, es el Dios a quien nosotros servimos, la sencillez, humanidad y cercanía se combinan con la reverencia, respeto y el sentido de lo sagrado.
La Música es un ministerio celestial que requiere preparación consciente: Compromiso porque es necesaria una practica individual sistemática, así como una asistencia frecuente a los ensayos, Dedicación porque el ejercicio musical exige tiempo de calidad y perseverancia.
Para el cristiano la sinceridad, modestia, honestidad y una entrega completa a Dios alejan el orgullo o deseo de ensalzamiento propio.
La música es también una forma de oración. Al igual que en el lenguaje, se evitan expresiones vulgares mediante el refinamiento para la alabanza y proclamación del mensaje.
Se consideran criterios del Espíritu de Profecía para programar, actuar y evangelizar: «Nunca rebajéis la verdad a fin de obtener conversos, sino procurad elevar […] hacia la norma superior de la ley de Dios.» E.G.White -Manuscrito 7, 1900. {Ev 105.1}
Compromiso y apoyo a la Iglesia Adventista del Séptimo Día, como la iglesia remanente de Dios, promoviendo sus principios, mensaje, organización y liderazgo.
